sábado, 17 de noviembre de 2012

NOTICIAS EN COLOMBIA SOBRE LA TRATA DE BLANCAS


El drama de la explotación sexual
'Que jóvenes lo piensen dos veces'
Marcela Loaiza lidera una fundación que busca prevenir la trata. Ella publicó un libro sobre su experiencia en Japón, donde estuvo 'atrapada' en una red de prostitución de la mafia Yacuza. Con la actriz Alejandra Borrero idearon una obra de teatro en la que víctimas recrean su drama para evitar que otras caigan en esas redes. "Estamos haciendo prevención. Queremos ayudar a que lo piensen dos veces", señala.


Trabajo forzado, matrimonio para servidumbre y robo de niños, caras de un delito que crece.

Mariana conoció a su esposo italiano por Internet. El matrimonio se celebró en Medellín, luego de que aquel hombre encantador con quien chateó por casi un año de su vida vino a pedir su mano en Colombia.
Pero poco duró el cuento de hadas. La casa prometida terminó siendo una vetusta construcción en el campo en la que la joven fue obligada a servir a una familia conformada por sus tres cuñados, su suegra de 90 años y su esposo. Los trabajos pesados -dormía solo tres horas diarias- se convirtieron en lo menos grave: por más de un año su esposo la prostituyó entre sus amigos.
El matrimonio servil es una de las modalidades de trata de personas aún no visibilizadas en el país. Este año, en la línea gratuita que abrió el Gobierno para la denuncia de casos, había recibido, hasta septiembre, unos 8.000 reportes. Son casi los mismos que se recibieron en todo el 2011.
A pesar de esto, los casos castigados por la justicia son muchísimos menos.El año pasado llegaron ante los jueces 21, y este año, solo 31. De 371 investigaciones abiertas en los últimos años, apenas hay 53 condenas.
El silencio de las víctimas, por vergüenza o por temor, blinda a los victimarios. Según Naciones Unidas, menos de uno de cada 20 casos de trata de personas llega a conocimiento de las autoridades. Mariana solo pudo regresar a Colombia tres años después, y su drama solo se conoció porque pidió ayuda psicológica.


La cara más dramática de la trata de personas es la que tiene fines de prostitución. Sin embargo, no es la única. Además, las redes no solo sacan a sus víctimas del país, sino que hay trata interna.
Una familia de Fresno (Tolima) fue condenada a 23 años por someter a una muchacha a tratos inhumanos y degradantes. Ella trabajaba en un salón de belleza, donde una cliente la convenció de aceptar un trabajo en el Tolima.
La oferta resultó ser una trampa que la convirtió en esclava. La castigaban a látigo, le quemaron partes de su cuerpo como castigo y su alimentación no era mejor que la de los animales de la finca.
"La amarraban a un palo de noche, le pegaban en las orejas con un palo y le tumbaron los dientes de un solo golpe con un cucharón", dice apartes del fallo. También indica que cuando quiso escapar rodearon la hacienda con cinco perros bravos.
El juez condenó a Olma Maren Zapata Marín; su esposo, Arcesio Villa Restrepo, y su hijo por los delitos de trata de personas, secuestro y tortura.
La semana pasada, el Ministerio del Interior lanzó en Cali una campaña para alerta sobre los riesgos y llamó la atención de las autoridades para que los casos no queden en la impunidad. Una de las estrategias apunta a proteger a extranjeros, casi todos indígenas ecuatorianos, que son traídos para ser explotados.



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